Eurofighter español en Alaska (Ejército del Aire)
Eurofighter español en Alaska (Ejército del Aire)

Todo despliegue internacional implica un reto logístico, sobre todo cuando el éxito o no de la misión depende de un correcto desempeño y estado de las unidades utilizadas para llevar a cabo la tarea. En el Ejército del Aire y el Espacio de España son plenamente conscientes de esto, por lo que han decido convertirse en pioneros en el uso de la impresión 3D para solucionar de forma rápida y eficiente cualquier daño o desperfecto que puedan sufrir sus aeronaves, especialmente los aviones de combate Eurofighter.

Es así que la fuerza aérea española ha desplazado hasta Alaska, donde semanas atrás tuvo lugar el ejercicio Arctic Defender, un contenedor con la tecnología necesaria para completar el proceso de elaboración del componente de una aeronave. Este equipo, denominado FAMU (por sus siglas del inglés Forward Advanced Manufacturing Unit), es fruto de la colaboración de la Maestranza de Albacete y distintas empresas nacionales especializadas en fabricación aditiva, como Meltio, Sicnova y Novaindef.

Así, cuando se detecta que un componente que forma parte del conjunto de la aeronave no es apta para el vuelo se lleva a cabo su reemplazo. “El proceso de fabricación inicia con un escaneo de la pieza a través del que obtenemos un modelo digital que, a través de un fichero, se comparte vía satélite con la Maestranza Aérea de Albacete de donde sus ingenieros le realizarán un post procesado y nos devolverán el fichero que necesita la impresora 3D”, explica el capitán Otálara en un vídeo difundido por el Ejército del Aire.

En este sentido, Otálara detalla que el proceso de impresión en metálico tiene una duración de aproximadamente una hora y media. La pieza en bruto resultante será sometida a un tratamiento térmico en un horno, que le brindará al repuesto las capacidades de dureza y resistencia requeridas -y definidas en el estudio previo de ingeniería- para su uso en un avión. El último paso consiste en darle a la piza su acabado final, paso imprescindible para su certificación y posterior montaje en la aeronave.

España, pionera en la materia

Desde el Ejército del Aire destacan que el uso de tecnologías de impresión 3D responde a la necesidad de recuperar una aeronave que ha sufrido un daño durante una misión y que, sin embargo, no se puede someter a un mantenimiento completo. Esto último debido a que en los destacamentos, especialmente en despliegues fuera de España, no siempre es viable disponer de los recursos humanos y/o materiales necesarios para determinadas acciones, que exigen la intervención de expertos o repuestos específicos que no se pueden prever por adelantado.

Ante este escenario, gracias a ese componente hecha mediante impresión metálica se puede llevar adelante una reparación urgente de la aeronave para que esta esté apta para continuar volando en el menor tiempo posible. “El Ejército del Aire y del Espacio es pionero en este tipo de procedimientos que permite, por una parte, la fabricación de la pieza que se desea sustituir y, por otra, la certificación de la misma como aeronavegable”, resalta Otálara.