Madrid, 30 may (EFECOM).- El presidente de Naturgy, Francisco Reynés, ha señalado este jueves que la descarbonización «es un concepto más amplio que lo que algunos quieren simplificar» en la electrificación y ha añadido que «no es sólo eso», sino que «va más allá».

Reynés, durante su intervención en la 50 Reunión Anual de la patronal gasista, Sedigas, ha señalado que el proceso de la descarbonización se debe hacer sin poner en riesgo la seguridad del suministro, pues el bienestar de los ciudadanos y empresas se ha conseguido por tener la seguridad de que no va a faltar la energía.

«Cualquier proceso tiene que seguir manteniendo ese aseguramiento energético», ha dicho Reynés, que ha señalado que la descarbonización también se tiene que hacer de forma asequible para ciudadanos y empresas.

El presidente de Naturgy ha subrayado las ventajas que dentro de este proceso, que considera que se debe hacer bajo una neutralidad tecnológica, tienen los gases renovables de cara a alcanzar los objetivos marcados para 2030.

Ha destacado que los gases renovables están «al alcance de la mano» y ayudan a la diversificación de fuentes energéticas y a la autonomía energética de los países, pues tienen su origen en el propio país.

Asimismo, ha subrayado que el biogás es una fuente de energía que se puede almacenar estacionalmente y ha afirmado que a día de hoy no hay ninguna otra.

También ha puesto en valor que los gases renovables promueven la economía circular y resuelven la gestión de los residuos.

Reynés ha manifestado asimismo que una de las grandes ventajas de los gases renovables y el biogás es que pueden utilizar las mismas infraestructuras que hoy usan los clientes de gas y no se requerirían inversiones adicionales.

Ha señalado que España tiene potencial para producir más 150 teravatios hora (TWh) de biometano, suficiente para cubrir el 50 % de la demanda de gas española, pero para eso hay que poner inversión a funcionar y hacer plantas.

En este sentido, ha explicado que, teniendo en cuenta el tamaño medio de producción de las plantas, para llegar a las cifras mencionadas habría que invertir en más de 4.000 nuevas plantas de gestión de residuos para la producción de biometano.

Reynés ha apuntado la gran distancia a la que se encuentra España, donde hay diez plantas de biometano en funcionamiento, con respecto a Francia, Alemania y Reino Unido, en que se cuenta por centenas.

Para conseguir ese desarrollo, ha indicado que el sector necesita ser «empujado», pues para invertir hacen falta incentivos y ha pedido el apoyo de la Administración en este sentido.

Según Reynés, hay que regular algunas cosas que hoy en día son desincentivadoras de la inversión por no tener un marco concreto y ha reclamado medidas que den un precio adecuado, que se regule el acceso a la red de los gases renovables y que se promueva su consumo.

Además, en el caso de los residuos, materia utilizada para la producción de biometano, ha dicho que en España, uno de los países que más sanciones acumula por su gestión, hay que exigir su tratamiento.

El presidente de Naturgy también ha dicho que «hay que impedir que se tenga que pagar por el residuo» a los que lo generan, pues «contradice el principio de que quién contamina paga».

En este sentido, ha señalado que, igual que se establecieron cuotas de emisión de CO2 y pagar por el que se emita, «no tiene sentido que los que contaminan con los residuos tengan un beneficio económico con ello». EFECOM

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