El Tribunal Supremo ha anulado la rebaja de tres años de prisión que se hizo a un hombre condenado a 27 años de cárcel por violar a una mujer con discapacidad en un invernadero de El Ejido (Almería) en 2006 y ayudar a otros dos hombres no identificados a que también la agredieran sexualmente al no estimar en este caso la aplicación de la reforma de la conocida como ley del ‘solo sí es sí’ en la revisión de la condena.

El alto tribunal estima el recurso de casación interpuesto por la Fiscalía y rechazada que en este caso, la aplicación de la Ley Orgánica 10/2022 pueda considerarse como «más favorable para el penado» ya que «el período máximo de cumplimiento efectivo de las penas privativas de libertad impuestas no se vería alterado» al estar limitado, en su caso, a 20 años de prisión.

En este sentido, inciden en que con la aplicación de la ley del ‘solo sí es sí’, al reo no solo debería habérsele rebajado la condena por un delito de agresión sexual, sino que además habría preciso «imponerle también una medida de seguridad y una pena privativa de derechos», esto es, una medida de liberta vigilada y la inhabilitación para ciertas acciones, con lo que finalmente el resultado sería más «perjudicial» para el reo que con la ley anterior.

Cabe señalar que, en su auto, el tribunal de la Sección Tercera de la Audiencia Provincial de Almería rechazó modificar la pena impuesta por los dos delitos de agresión sexual por los que el acusado actuó como cooperador necesario y por los que fue condenado a un total de 14 años de cárcel en abril de 2008.

El acusado fue condenado a cumplir un máximo de 20 años de prisión por agredir sexualmente de la víctima cuando esta, que cuenta con un grado de discapacidad del 60 por ciento y un total de minusvalía del 72 por ciento, tenía 29 años de edad.

Los hechos se remontan al 9 de junio de 2006, cuando la menor se encontraba en una calle de El Ejido esperando a su hermano, con el que había quedado, cuando dos individuos cuya identidad no se pudo determinar la obligaron a que les acompañara a un invernadero donde había otras personas tomando cervezas, entre ellos el acusado.

Cuando la víctima se quedó a solas con el acusado y los otros dos hombres, trató de abandonar el lugar si bien le cerraron el paso para, posteriormente, abusar sexualmente de ella por turnos pese a los intentos de la joven por zafarse de sus agresores.

Fue posteriormente cuando, en un descuido, la chica pudo salir del invernadero aunque fue perseguida por sus agresores. Antes de que le dieran alcance, la víctima fue encontrada por su hermano, quien la estaba buscando con su vehículo al no hallarla en el lugar en el que se habían citado. El hermano de la víctima consiguió retener al procesado quien, aunque logró escapar, fue arrestado por la policía.