El robo de cables para revender el metal en su interior, un delito de moda durante la crisis, una marca de la miseria que causó varias muertes en los últimos meses, pasó de ser una actividad para lúmpenes y desesperados a una posible marca del crimen organizado. Ayer por la tarde, la DDI de San Martín arrestó a once sospechosos que, literalmente, montaron una falsa obra pública en el centro del municipio para romper la vereda y cavar dos pozos. Con una camioneta Ford lista para cargar el botín, intentaron llevarse 15 trozos de cableado subterráneo de alta tensión, de un metro de largo cada uno.
“Llevaban ropa de operarios, pusieron vallas, conos, todo, parecían una cuadrilla de trabajo de verdad”, asegura un investigador clave del caso a Infobae, en un expediente a cargo de la UFI N°9 de la jurisdicción, a cargo de Edgardo Ledesma.
La DDI no los arrestó de casualidad: la investigación en contra de la banda estaba ya en curso, ya que habían ocurrido otros robos similares en la zona en los últimos meses. Entonces, comenzaron los patrullajes. Esta vez, los encontraron en la esquina de San Lorenzo y Pombo. Allí, los cruzaron ayer por la tarde. Al ser interceptados, los falsos operarios incluso dieron el nombre de una empresa que operaba años atrás en el negocio de los cables subterráneos y la fibra óptica. Su cuento no resistió el más mínimo chequeo.
Así, tras detenerlos, los efectivos de la DDI local les secuestraron los cables robados, seis palas anchas, cuatro picos, un malacate y cuatro teléfonos que podrán ser peritados en busca de más pistas.
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