Fue trasladado a una cárcel en Salta y ya tenía antecedentes delictivos, por los que los vecinos lo crucificaron. Las miradas también apuntan a su mujer, Laudelina Peña. Navegación de entradas Vaticano declara falsas las lágrimas de Trevignano y la multiplicación de pizzas y ñoquis de Scapulla Radiografía de las bolsas de residuos de los porteños